Los globos terráqueos son uno de los instrumentos científicos más antiguos que se conocen. Su historia se remonta a más de mil años, pero todavía hoy se fabrican globos del mundo en gran número. Sus hermanos, los globos celestes, fueron utilizados como herramientas de navegación por los viajeros mucho antes de que surgiera el globo terrestre.
Hace más de 2.000 años, la cultura griega descubrió que el mundo es redondo. Aristóteles lo demostró al observar la sombra redonda de la Tierra sobre la Luna durante un eclipse. El primer globo terráqueo conocido, una esfera giratoria, fue fabricado por Crates de Mallus hacia el siglo II a.C.
El astrónomo y geógrafo alejandrino Claudio Ptolomeo (conocido simplemente por Ptolomeo) realizó una importante contribución al desarrollo del globo terrestre y describió un método científico preciso para fijar la posición de un lugar en un globo terráqueo utilizando las llamadas coordenadas esféricas (es decir, la longitud y latitud de un lugar en la Tierra o la longitud y latitud -eclíptica- de un lugar en el cielo). Estos sistemas de coordenadas son la base sobre la que se apoyan todos los globos científicos posteriores. Por sus descubrimientos y descripciones, Ptolomeo es considerado el padre de la geografía.
El conocimiento del mundo redondo se transmitió hasta la caída de los imperios griego y romano, hacia el siglo IV d.C., y luego se perdió cuando la sociedad se sumió en la Edad Media.
Desde entonces, hasta bien entrado el siglo XIII, la sociedad creía que el mundo era un disco plano con el río "océano" rodeándolo. Paulatinamente, esa forma de ver el mundo fue desechada nuevamente por la de una tierra esférica, aunque todavía se pensaba que era el centro del universo con los planetas y el sol girando a su alrededor.
El primero en discrepar fue Copérnico, aunque su teoría fue desestimada. Unos 90 años más tarde, Galileo, basándose en sus experimentos y descubrimientos, declaró que, de hecho, la tierra giraba alrededor del sol. Esto no sentó bien a la iglesia gobernante. Bajo la amenaza de ser torturado por la inquisición, Galileo tuvo que volver a declarar públicamente.
Poco después de la muerte de Galileo, Newton fue el primero en demostrar matemáticamente que, efectivamente, el sol está en el centro del universo y no la tierra.
El globo terráqueo occidental más antiguo que se conoce y que aún existe (ubicado en el Museo Germánico de Núremberg, Alemania) fue realizado en 1492 por Martin Behaim de Núremberg. Su nombre es Erfdapel que significa "manzana de la tierra". Sin embargo, reveló un hueco en blanco en la superficie terrestre.
Ver Erfdapel de Martin Behaim en 3D
Ese mismo año, Cristóbal Colón, partiendo hacia el oeste desde España, desembarcó en una región que creía que eran las Indias Orientales. Pero otro explorador llamado Américo Vespucio se dio cuenta de que se trataba de tierra en el "hueco" del globo de Behaim. El vasto continente de América del Norte y del Sur había sido, hasta 1492, desconocido para los pueblos de Europa y Asia.
El nuevo continente fue bautizado como América por Martin Waldseemueller, un hombre cuya profesión era la de fabricante de mapas y globos del mundo. En 1507 incluyó el descubrimiento de Américo Vespucci en su globo terráqueo y bautizó el nuevo continente con su nombre.
Este fue el periodo de los grandes descubrimientos y produjo un tremendo aumento del interés por la geografía, que fue acompañado por la producción de globos terráqueos. Los globos terrestres y los mapamundis, acompañados de descripciones detalladas, fueron el medio para dar a conocer los nuevos descubrimientos.
Poco a poco fueron desapareciendo del globo más y más puntos en blanco. A finales del siglo XVIII, los contornos de los continentes en un globo del mundo tenían un aspecto similar al de la Tierra real. Por supuesto, había variantes, basadas en la influencia del poder político o los pensamientos y creencias personales…
En aquella época, la mayoría de los fabricantes de globos terráqueos eran en su mayoría hombres de la alta sociedad que también habían sido maestros y que eran contratados por grandes señores. Uno de ellos fue Coronelli, cuyos globos del mundo, realizados para Luis XIV, eran tan notables, que le llovían los encargos de sus preciados orbes. Vincent Coronelli fue el primero en ser pagado por su habilidad y conocimientos como fabricante de globos terráqueos. Solicitó y recibió una pensión por su oficio.
En esta época, el globo terrestre era un símbolo de estatus. Un objeto imprescindible para cualquier emperador, obispo, señorío o comerciante bien establecido. Muchos cuadros de esta época muestran a estas personas de poder con globos terráqueos. Los globos terrestres se encontraban en las iglesias, como parte de las estatuas o edificios, como parte del atuendo o en forma de "Erdapfel" en las ceremonias. No era un artículo que una persona normal pudiera permitirse.
Mientras tanto, la fabricación de globos terráqueos comenzó a avanzar junto con las nuevas técnicas de impresión. Los globos pintados a mano, a menudo de madera, cubiertos de tela, empezaron a dar paso a las esferas cubiertas de papel impreso. Primero se imprimían con el método de la talla en madera y luego se imprimieron con planchas de cobre, la cual era una técnica más detallada y fina.
El sur de Alemania, especialmente Nuremberg, fue el centro de fabricación de globos terráqueos a partir del siglo XVI. Ámsterdam tuvo su principal período de fabricación de globos del mundo en el siglo XVII, al igual que Venecia, París y Roma. Londres entró en la industria de los globos terrestres en la segunda mitad del siglo XVIII.
El globo terráqueo se hizo más accesible a la clase media. Durante los siglos XVIII y XIX, estaba de moda que "un hombre de mundo" llevara un globo terráqueo de bolsillo, un pequeño globo de entre 5 y 7 centímetros, junto con su reloj de bolsillo.
Los globos terráqueos se convirtieron en algo habitual como instrumento educativo en las escuelas. Aparecieron otras rarezas, como el primer globo terráqueo "hinchable" (de Brett), así como modelos de juguete de hojalata.
Durante el siglo XVI, los globos del mundo seguían siendo una prerrogativa de la élite educativa; en el siglo XIX, se habían convertido en un objeto familiar en las escuelas y en los hogares.
Los avances en el conocimiento de la imprenta introdujeron la litografía a los fabricantes de globos terráqueos a principios del siglo XIX. Ahora, al poder imprimir en color, ya no era necesario añadir color a cada globo a mano. Los globos del mundo comenzaron a producirse en masa a un precio razonable.
La esfera se fabricaba con tablero de fibra, se recubría de yeso para asegurar su suavidad y se cubría con gajos de papel individuales, disponibles en muchos tamaños y montajes. Tener un globo terráqueo en casa se convirtió en un objeto de decoración muy popular.
En la Edad Media se construyeron globos terrestres y se produjeron obras literarias relacionadas tanto en la España islámica como en la cristiana, lo que indica el antiguo interés por estos instrumentos científicos. En la época de las grandes exploraciones, se fabricaron globos del mundo y se publicaron manuales para explicar los nuevos conocimientos geográficos que posteriormente se difundieron.
Un proceso similar se registró a lo largo del siglo XVIII, esta vez inspirado en los esfuerzos por mejorar la enseñanza de las matemáticas. Fue a finales de este siglo cuando Tomás López (1730-1802) ofreció al público español el primer globo terráqueo, un verdadero rival de la prestigiosa oferta comercial existente en el extranjero.
La producción de globos terráqueos se consolidó y diversificó lentamente durante el siglo XIX, y la producción se amplió para incluir globos de diferentes tamaños, que representaban diferentes temas geográficos con el fin de satisfacer un número creciente de escuelas y centros educativos. Los creadores de los globos terrestres eran editores especializados en proporcionar ayuda a las escuelas y colegios de toda España. Entre ellos, Paluzie, la empresa más popular y versátil de la historia de España, que siguió fabricando globos hasta el siglo XX, y Dalmau Caries, que fabricó globos hasta hace unas décadas.
Los espacios en blanco se han desvanecido porque hemos conquistado nuestro mundo; nos hemos convertido en una aldea global.
Sin embargo, ningún sistema de GPS o Google Earth podrá jamás sustituir la sensación que se adquiere al tener el mundo entre las manos. Los globos terráqueos vintage son cápsulas del tiempo de su época. Sus mapas nos hacen partícipes de los nuevos descubrimientos de esos años, de la interminable búsqueda, expansión y conquista del hombre.
El montaje de un globo del mundo muestra el estilo y la moda de la sociedad de esa época. Los globos terrestres muestran el nacimiento y la muerte de naciones e imperios enteros. Muestran a la raza humana en paz y en guerra. Si le dedicásemos el tiempo suficiente, la historia visible de los globos terráqueos antiguos podría ayudarnos a comprender las raíces de muchos conflictos políticos actuales.
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